30 posturas BDSM para un sexo duro salvaje y placentero

2023-03-23 16:32:44 By : Ms. Nicole He

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Prepara cuerdas, esposas, una venda para los ojos y echa un vistazo a las posiciones que te contamos. Estás a punto de entrar en un nuevo universo de placer.

Si sientes la necesidad de atar a alguien o que te aten a ti a la hora de tener relaciones sexuales, tranquilo, es algo perfectamente normal. La fantasía del bondage, es muy común y mucho más después de que se popularizaron las historias de ’50 sombras de Grey’. Cada vez hay más gente que se anima a dar el paso y a hablarlo con su pareja, lo que puede ser un momento complicado.

Si ya habéis probado todo tipo de posturas del kamasutra, las posiciones y juegos eróticos más de moda en este momento y estáis al día de los juguetes sexuales más modernos y placenteros, quizá ya ha llegado el momento de internarse en el mundo del BDSM.

Pero, antes de nada, es necesario que tengáis una buena conversación con vuestra pareja, abierta y sin tapujos, para acordar entre los dos si estáis de acuerdo en hacerlo y hasta dónde os apetece llegar. Qué os apetece que pase y qué no, ¿os gustaría que hubiera otras personas implicadas? ¿Habéis pensado en acudir a un club de BDSM? Seguro que a lo largo de la charla os surgen más cuestiones.

Una vez hecho esto, las cosas irán mucho mejor, no habrá confusiones y la imaginación es el límite, pero quizá os resulte difícil saber por dónde empezar en un universo tan amplio y variado como este. Es por eso que hemos preparado un amplio catálogo de posturas bondage, para inspiraros. Creemos que es una forma perfecta de arrancar.

Una posición suavecita para empezar, sería esta en la que ni siquiera utilizaríamos una cuerda. Uno de los dos se tumba boca arriba y pone las manos bajo su trasero, de forma que queden inmovilizadas. Mientras, la otra persona puede acariciarlo, besarlo o hacer cosas un poco más intensas.

Al no utilizar cuerdas, si la persona inmovilizada siente la necesidad de liberar sus manos, es muy fácil hacerlo.

Uno de los miembros de la pareja se pone a cuatro patas y el otro utiliza una barra o cualquier tipo de accesorio que impida que el primero cierre las piernas, de manera que este queda totalmente expuesto y vulnerable, con los genitales y el ano totalmente accesibles.

Para esta postura necesitamos una silla rígida y sin brazos. El receptor se situará mirando hacia ella, de pie, con los tobillos atados a las patas delanteras, las manos atadas detrás de su espalda e inclinado hacia adelante. Se trata de una postura genial para el sexo anal o cualquier otra cosa que se os ocurra.

La postura de la cucharita es sin duda una de las mejores y de las más tranquilas que se pueden hacer, pero puede ganar unos cuantos grados de excitación si atamos las muñecas y los antebrazos del miembro receptor de la pareja con una cuerda o un pañuelo.

Coloca a tu pareja tumbada boca abajo sobre la cama y con manos y piernas atadas al cabecero y a los pies de forma que su cuerpo forme una X. Aunque es una postura en la que no te sientes tan expuesto como si estuvieras boca arriba, resulta excitante no ver exactamente qué está pasando detrás de ti.

Conseguid unas esposas y poneos una cada uno. El que actúe como dominante, tendrá que guiar al otro de la forma que quiera. Lo interesante es el control que las esposas suponen.

Otra variante de esta situación sería que uno sujetara a otro con un collar de perro.

¿Tienes una barra de dominadas en casa? A partir de hoy le vas a encontrar un segundo uso. Ata o esposa a tu pareja a la barra (tocando con los pies en el suelo mejor) y haz con ella lo que quieras. Puedes utilizar tu boca o tocarlo, vendarle los ojos o ponerla de cara a la pared. Tú eliges.

Prepárate para un “severo” castigo con esta postura en la que estarás atado de pies y manos a la pata de una banqueta tipo bar (mejor que sea resistente y pesada) y tu pareja podrá darte azotes, acariciarte, chuparte o penetrarte o realmente lo que quiera.

Al más puro estilo rodeo, utilizando una cuerda o un dispositivo especial para ello, inmoviliza a tu pareja con los pies y las manos unidas detrás de su cuerpo, dejándola descansar sobre su estómago.

Casi no se podrá mover, serás tú el que tengas que moverte para daros el máximo placer.

El receptor está sentado en una silla con las manos atadas detrás del respaldo y los tobillos en las patas delanteras al más puro estilo película de acción. Si tiene los ojos vendados el efecto será todavía mayor. A partir de ahí, el otro miembro de la pareja puede tocar al inmovilizado con una pluma, con un cubito de hielo o con su boca.

Es posible subir la temperatura con alguna bofetada o un látigo. Tened claro que ambos estáis de acuerdo si vais a llegar a ese nivel.

El chico se tumbará boca arriba con las manos atadas detrás de la cabeza y los tobillos en el pie de la cama. Ella podrá contarlo de la forma que quiera, sin que él esté autorizado a mover ni un músculo sin su autorización.

Hacia la luna apuntará vuestro trasero en esta postura en la que el receptor tendrá atadas las muñecas en los tobillos, con cuerda o cinta especial de bondage, y estará boca abajo, con la cabeza apoyada en la cama.

El otro miembro de la pareja puede combinar, por ejemplo, una masturbación con una mano mientras que la otra se entretiene en el trasero.

Similar a la postura de la ternerita pero en la que la persona no inmovilizada se centrará en practicar sexo oral al otro.

Recuperaremos la clásica postura del misionero, pero esta vez ataremos las manos de la chica a los lados de la cama de manera que formen una cruz.

En esta postura sacaremos partido de la incertidumbre que supone tener los ojos vendados y no saber qué es lo siguiente que va a pasar, y practicaremos la postura del perrito. De hecho, cualquier postura o juego sexual gana si los ojos están vendados.

Ataremos las piernas de la chica y también sus muñecas y la colocaremos con las piernas sobre la cama y el cuerpo fuera, apoyada en sus antebrazos. Él se colocará sobre ella, penetrándola por detrás, ya sea anal o vaginalmente, mientras sus cuerpos forman una Y.

El receptor está tumbado en la cama pero con las muñecas y los tobillos atados al cabecero de la cama (acordad entre los dos el nivel de confortabilidad). Si atar los tobillos resulta complicado (se necesita una flexibilidad importante, podéis probar a atar los muslos.

A cuatro patas y con las muñecas esposadas, el receptor se colocará mirando hacia adelante y su pareja le atacará por detrás. Esta posición podría completarse con una mordaza.

La chica tendrá los brazos y los muslos atados alrededor del cuerpo, de manera que forme una especie de paquete o bola. Estará tumbada boca arriba y a merced de todo lo que el chico quiera hacer.

El chico estará sentado en una silla, mientras que ella se sentará sobre su pene, llevando atadas las muñecas a los muslos.

La chica tiene atados los brazos pegados al cuerpo y las piernas juntas, de forma que parece un tronco. Se pueden vendar los ojos para aumentar las sensaciones. Está tumbada boca arriba y él la levanta por las piernas hacia arriba mientras la penetra anal y vaginalmente.

Ella estará también tumbada boca arriba, con las manos atadas detrás de la espalda y las piernas dobladas y atadas de forma que los gemelos toquen la parte trasera de sus muslos. Él la levantará por los pies haciendo que solo se apoye en sus hombros y cabeza, pudiéndola penetrar o dar sexo oral.

La chica estará de rodillas sobre la cama, con los muslos atados al cuerpo como si estuviera haciendo una reverencia. Las manos estarán atadas por las muñecas sobre su cabeza. Él podrá también penetrarla o practicarle sexo oral.

En esta postura ambos estarán de pie, aunque ella tendrá las piernas atadas juntas y los brazos detrás de la espalda. Él estará detrás pero será ella la que lleve el ritmo de la penetración.

Variación de la postura de la vaquera, pero en la que él estará con las manos atadas detrás de la espalda y los ojos vendados.

Una postura tranquila, perfecta para un domingo por la tarde, pero con un toquecito BDSM. La chica se tumbará boca arriba sobre una superficie que puede ser una mesa, la cama o la encimera de una cocina. Tendrá las piernas hacia arriba y los muslos atados juntos. Él sostendrá sus piernas mientras la penetra suavemente.

Similar a la anterior postura que llamamos Y, pero acostados de lado sobre la cama.

El receptor estará boca arriba con las manos atadas al cabecero de la cama o a sus propios tobillos y se elevará ligeramente hacia arriba como haciendo el puente. El otro miembro de la pareja, podrá tocar, lamer, besar, penetrar o hacerlo que quiera.

Ella estará tumbada boca abajo, como si estuviera tomando el sol en la playa, pero con los ojos vendados. Apoyándose en sus antebrazos, que estarán atados juntos. También tendrá las piernas atadas por las pantorrillas. Él podrá penetrarla por detrás.

Como las piernas estarán juntas, esta es una postura ideal para hombres con el pene pequeño.

Para esta postura se necesitan tres personas. Dos de ellas estarán de pie, frente a frente, y con los brazos atados por las muñecas alrededor de la otra. Inevitablemente, estas dos personas se besarán y frotarán sus cuerpos, mientras que el tercero puede mirar o intervenir tocándoles, chupándoles o provocándoles de cualquier otra forma.